16 sept 2008

Las Farc jugaron a fondo y resultaron perdiendo

Por:
Luis Eduardo Celis

El 2 de julio de 2008 es y será una fecha histórica. Con el desarrollo de la operación “Jaque”, las fuerzas publica colombiana, le propino el más duro golpe político y simbólico a esta vieja guerrilla. Después de este acontecimiento de tanto impacto nacional e internacional, bien vale la pena unas consideraciones sobre el futuro de las Farc y de la confrontación que adelanta el estado colombiano, con un amplio respaldo ciudadano contra ellas, desde el año 2002, con el liderazgo del Presidente Álvaro Uribe Velez.


Las Farc, han tenido un planteamiento claro y sencillo en toda su existencia, quieren obtener poder político por la vía de las armas, o todo el poder derrotando al estado colombiano y a sus fuerzas armadas o una parte del poder, vía negociada y respaldado en su fuerza militar, este ha sido su planteamiento desde siempre, han creído a pie juntillas en su capacidad de crecer y volver realidad sus sueños y eso los llevo a una apuesta arriesgada en el periodo del Presidente Pastrana, cuando tuvieron la mejor oportunidad para adelantar una negociación con importantes contenidos, sociales, políticos y económicos y echaron por la borda esta posibilidad.


Las Farc, después del aniquilamiento de la Unión Patriótica, se torno profundamente conservadora y de un planteamiento político demasiado precario, solo creía en la fuerza del fusil, y tomo el camino de ser temida y para nada apreciada y respetada y en un país donde los proyectos de transformación vía armada se habían cerrado para las izquierdas insurgentes, con la promulgación de la Constitución del 91, las Farc, perdió la poca sintonía con el mundo urbano y el camino de tener aliados en la política, hasta el punto que se peleo en el año 1993 con el Partido Comunista Colombiano, con quien había mantenido una sólida relación desde los años sesenta.


Las Farc, por su arrogancia y colocar todos los huevos en la canasta de su fuerza militar, desestimo la gran posibilidad que tuvo durante el gobierno del Presidente Pastrana y con su miopía militarista, desaprovecho la posibilidad de sintonizarse con los anhelos de paz de amplios sectores de la sociedad colombiana, que hubieran estado muy dispuestos a acompañar a las Farc, en la construcción de un acuerdo político, nada fácil de lograr, que le permitiera salir de la guerra y transformarse en una fuerza social y política, para representar los interés de esas Colombias, marginadas y ligadas a lo rural y a las economías cocaleras. Pero no, pudo más su arrogancia. Entre el 99 y el 2000 se tomaron a sangre y fuego doscientos pequeños municipios y se ganaron a pulso el rechazo de la sociedad colombiana.


En medio de este clima de belicismo, el candidato Álvaro Uribe Vélez, presento una propuesta clara y contundente, derrotar a las Farc y paso del 3% de opinión favorable en junio de 2001 al 91% de aprobación en julio de 2008, con dos periodos presidenciales y la posibilidad de uno tercero, que lo mantenga en el poder hasta el 2014, por lo menos.


Las Farc, vienen de derrota en derrota y ya no podrán levantar cabeza y con la formidable operación “Jaque”, perdieron su más importante activo, así suene cruel; Ingrid y los tres ciudadanos norteamericanos y con ello la presión internacional, para lograr su liberación, ahora el Presidente Uribe no tiene talanqueras, solo el mandato ciudadano que triunfo en esta precaria y maltrecha democracia, como lo es la colombiana, derrotar a las Farc y a fe, que seguirá consagrado en lograrlo.


Las Farc y su dirigencia tienen mucho que pensar. Seguirán por el camino de creer solo en el poder de las armas, cuando cada día están más debilitados y no hay por donde recomponerse o rectificaran y buscaran un clima político que les permita construir un acuerdo político, acotado pero importante, lo cual les implica ganar en algo, una opinión ciudadana y un respaldo internacional, para lo cual bien harían en escuchar las voces de la sociedad, que exige la liberación de todos los secuestrados sin contraprestación alguna, en un gesto unilateral y sin esguinces ni buscando bilateralidades, esto lo han propuesto voces que las Farc debe escuchar con detenimiento, el decano de los revolucionarios del continente, Fidel Castro, el líder de las apuestas más a las rupturas como lo es Hugo Chávez y un presidente de carácter y peliador, Rafael Correa.


Las Farc, pueden resistir en selvas y montañas durante diez o veinte años más, pero su destino será el de volverse una confederación de señores de la guerra absorbidos por el narcotráfico, su agenda política se acabara de empantanar y pasaran a la historia como una fuerza campesina que se torno en bandas de criminales o muy por el contrario, pueden demostrar que fueron una fuerza política en armas que aposto duro y perdió, pero tuvo el coraje y la inteligencia para rectificar, por eso es tan oportuno traer el verso de León de Greiff, las Farc se esta jugando la vida, en el camino que decida adoptar, rectifica y asume que su proyecto de poder no tiene viabilidad, que jugo a fondo y perdió, pero a diferencia de Sergio Stepansky, quizás tenga otra vida, para continuar en la Colombia del siglo XXI, ya no como un ejercito, sino como una fuerza que fue capaz de asumir no una derrota, sino la realidad de salir de la guerra, por una puerta digna.


El Presidente Uribe, tiene todo el respaldo ciudadano e internacional para ofrecerle una salida política a las Farc, el camino del exterminio es incierto, costoso y muy doloroso, pero en esta ocasión la pelota esta en la cancha de las Farc.

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