24 jun 2008

Los Verdaderos Estados Terroristas: Venezuela, Ecuador y Nicaragua

Por: José Brechner

La táctica de culpar a otro de sus propios actos e intenciones es parte de la historia de la infamia.No hay que ser ningún iluminado, para entender, que son los estados árabes los que alimentan el terrorismo islámico, al que públicamente condenan, como tampoco para saber que Venezuela, Ecuador y Nicaragua, son los que sustentan a las FARC, Sendero Luminoso, y algunos otros grupos sediciosos de menor significancia.

Los tres dictadorzuelos latinoamericanos deberían estar sentados en el banquillo de los acusados ante la Corte Penal Internacional, por ser cómplices de crímenes contra la humanidad al brindar apoyo logístico, monetario y militar clandestino a los asesinos de la selva, que buscan derrocar gobiernos democráticos para imponer la dictadura comunista. Pero en un mundo en el que se perdió la dignidad y el sentido ético, eso no parece que vaya a suceder a corto plazo. La progresía todavía tiene el dinero para controlar el poder y la maquinaria propagandística. ¿Cuál sería la reacción del mandamás bolivariano, si en Colombia o Brasil se preparasen fuerzas irregulares para secuestrar y asesinar a miembros del gobierno venezolano? Si la situación hubiese sido a la inversa de la ocurrida con Ecuador, el aspirante a locutor, que amenaza e insulta sin miramientos a cualquiera, vociferando términos que resaltan su bruteza, como: "Este es un asunto de Casius belízzzz…", ya estarían volando misiles por los aires.

En otras épocas un escenario semejante hubiese sido motivo de guerra. Uribe debió aceptar el desafío militar y acabar con el Hitler sudamericano de una vez, pero el presidente colombiano juega a la corrección política, a la democracia responsable y el diálogo, frente a una amenaza que tarde o temprano, igual desembocará en conflicto armado. No pasará mucho tiempo hasta que el coronel vuelva a embestir con otra canallada.

Colombia escucha atentamente a su principal aliado --los Estados Unidos-- que no quiere nuevos enfrentamientos bélicos en un año de elecciones en el que se juega el destino de la humanidad. Bush desea tranquilidad hasta que se defina quién dormirá en la Casa Blanca el 2009. El problema es que si Obama llega a la presidencia, es más probable que simpatice con Chávez, antes que con Uribe. El candidato demócrata representa la ultraizquierda norteamericana y su populismo demagógico no difiere mucho de lo que pregonan los rojos latinoamericanos.

Los hechos demuestran nuevamente, que el único invasor imperialista que existe en el continente americano es Hugo Chávez. El asunto con Ecuador que oficialmente no le incumbía, sirvió para desenmascararlo totalmente. Las computadoras encontradas en manos de las FARC, guardan información contundente para hacer que la ley, o la fuerza, se impongan sobre el delincuente venezolano, pero con los millones que cariñosamente regala, y que esperamos no hayan llegado a la OEA, no va a suceder nada, hasta que las cosas empeoren.

Que los bolivarianos hayan accedido al poder a través de elecciones populares, no los convierte en corderos. Nunca hay que olvidar, que Hitler asumió el poder democráticamente. Aristóteles previno 300 años A.C., que el sistema democrático es falible y no es el preferible. El gobierno de las mayorías, no es de por sí el mejor. La democracia permite una elección ecuánime, pero no necesariamente inteligente.

Las masas no se caracterizan por ser profundas analistas de la realidad, muchas veces ni siquiera gozan de sentido común, más bien se guían por aspectos superficiales, la apariencia estética, la moda, o la tendencia del momento, que no obedece a razones, sino únicamente a las emociones.

TELESUR: La guerra mediática de Chávez y los idiotas útiles del lado Colombiano

Por: Miguel Silva Moyano

¿Quiere entender un poco más en que consiste la estrategia de Chávez con respecto a las evidencias de sus relaciones con el grupo terrorista Farc? Evidentemente, leyendo entre líneas el contenido de la información que ofrece Telesur encontraremos algunas claves.

Creo que en Colombia, y en general en América Latina, tanto a detractores como simpatizantes de Hugo Chávez, no les cabe la menor duda de lo ‘Chavista’ que resulta la producción de la información en este canal las 24 horas del día. Es tan evidente el que Telesur hace parte del esquema mediático de Chávez, como el que RCN de Colombia hace parte del esquema mediático del gobierno Uribe. Sin embargo, por la gravedad de las pretensiones de Chávez es menester de estas líneas abordar el tema el asunto de Telesur. Ya tendremos tiempo de abordar con calma el problema de RCN.Famosas son las dramáticas imágenes de las liberaciones de los secuestrados colombianos durante los primeros meses del 2008; gracias al monopolio informativo que Chávez le otorgó a Telesur, las imágenes que quedaron para la posteridad inevitablemente tendrán para siempre el sello de Telesur. Como también tendrán el sello de Telesur, las interminables horas de grabación de noticieros y cubrimientos periodísticos que tienen como protagonista al presidente venezolano. Resulta curioso en primera medida que a los ojos de Telesur el gobierno de Chávez sea perfecto, ¿No es a caso tarea de muchos heroicos periodistas denunciar lo que no marcha bien en un sistema? Estimado lector, lamento recordarle que el petróleo lo compra todo, bueno casi todo.Algunos analistas, políticos y hasta periodistas, consideran que ver Telesur es una perdedera de tiempo, pero para mi no lo es. Lejos (lejísimos más bien) de ser Chavista encuentro interesante hacer seguimiento periódico al contenido de Telesur, sobre todo el contenido periodístico, ya que en el he podido leer las líneas generales de la estrategia mediática de Chávez, en la que los recursos de la mentira y la exageración de la verdad se confunden en un evidente bombardeo de información que tiene como objetivo primordial mostrar una supuesta ilegitimidad del Estado colombiano. ¿No es curioso que Telesur dedique valiosos minutos de su tiempo al aire en noticieros para difundir notas difamatorias contra el Estado colombiano? Pongo como ejemplo la nota que sobre ‘Crímenes de Estado’ elaboró un periodista cartagenero para Telesur, que salió en el noticiero de esta cadena tan solo horas después de que el mismo corresponsal cuestionara en rueda de prensa la propiedad de los computadores incautados en el campamento de alias Raúl Reyes. Vale recordar que también horas después de la rueda de prensa, el periodista cartagenero fue elogiado incansablemente por Hugo Chávez. Si señores tripleta, todo el mismo día, el mismo día en que la Interpol confirmaba que la información de los computadores no había sido alterada.Volviendo a la nota, me resultó curioso que justo ese día una nota sobre una supuesta persecución a estudiantes universitarios y desaparición de sindicalistas en Colombia saliera al aire sin ningún hecho coyuntural que la respaldara.
Es decir, ¿Qué criterio justifica que en el noticiero del medio día de Telesur saliera una nota incriminando al Estado colombiano? ¿periodismo investigativo?Si así lo fuera, ¿Por qué no investigan las actualesinfiltraciones de las Farc en las Universidades públicas y privadas del País? ¿Por qué no investigan las amenazas de las cuales han sido objeto académicos y estudiantes que no comparte la existencia de las Farc? ¿Por qué no investiga el periodista cartagenero las relaciones de Chávez con las Farc? ¿Por qué el señor cartagenero no hace una nota sobre los desplazados de los cuales es verdugo la organización Farc?En términos generales Chávez esta utilizando a Telesur para ambientar una opinión pública a nivel regional, según la cual el Estado colombiano es tradicionalmente mentiroso y además justificar la existencia de lo que análisis mediocres denominan ‘crímenes de Estado’¿Para qué? Como sucede en los procesos penales, muchas veces demostrar una conducta proclive a la mentira de parte de quien comete el acto doloso, se convierte en una herramienta eficaz para la parte acusadora. Para Hugo Chávez es prioritario montar un show según el cual, el Estado colombiano tiene una conducta mentirosa que podría ser demostrada históricamente. De lograrlo, Chávez está convencido de poder mantener una doble moral: por una parte lograría sostener sínicamente que las acusaciones de sus nexos con las Farc son una mentira orquestada desde Washington y Bogotá; por otra parte podría seguir manteniendo sus negociaciones con el grupo terrorista a fin de poner un gobierno bajo su control en Colombia.

Asegurar que el Estado colombiano ha mentido a lo largo de la historia reciente será tomar como hecho irrefutable la estupidez histórica de nosotros los colombianos. Siendo así, no me queda duda de que los estúpidos son otros, aquellas conciencias que el petróleo puede comprar. No me queda duda de que el petróleo compra periodistas. Idiotas útiles que en el afán de hacer oposición a Uribe han caído en el juego de Chávez.

Chavez y Correa le temen a la Corte Penal Internacional

Mucho se ha debatido, en estas últimas semanas, las informaciones contenidas en los computadores del guerrillero y segundo en el secretariado de las FARC, Luís Edgar Devia, alias “Raúl Reyes”, muerto a manos del Ejército colombiano en territorio ecuatoriano, el pasado primero de marzo, que desató la peor crisis diplomática, en los últimos años, con Ecuador, y por adherencia Venezuela y Nicaragua. Y aunque pareciera solo un simple sentimiento de cooperativismo entre Venezuela y Nicaragua con Ecuador por la evidente violación de la soberanía territorial por parte de Colombia, tanto Venezuela y Ecuador tienen de qué preocuparse por las informaciones contenidas en los computadores de “Reyes”, ya que evidenciaría la colaboración política, logística (armas, municiones) y económica entre estos dos gobiernos con las FARC, y viceversa; cuando Estados Unidos y la Unión Europea han catalogado a las FARC, junto Al Qaeda y ETA, como una organización terrorista, lo cual tendría repercusiones nefastas para dos gobiernos que aparentemente le colaboran.

El Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional fue adoptada en el año de 1998, y hasta marzo de 2008 lo han ratificado 196 países, entre los que se encuentra Venezuela (Ratificado el 7 de junio de 2000), Ecuador (5 de febrero de 2000) y Colombia (5 de agosto de 2002), lo que hace que la Corte Penal Internacional sea competente para juzgar nacional de estos países por los crímenes de guerra, crímenes de genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de agresión a los que diera lugar.

Cabe señalar que, tanto en el ordenamiento jurídico interno de un país como en la Comunidad Internacional, el autor de un delito no es solo el que realiza los actos idóneos para que se produzca el efecto deseado, sino también es autor de un delito, el que colabora de manera directa o indirecta, y es la situación en la que se encontraría Venezuela y Ecuador de confirmarse su colaboración con la guerrilla colombiana. En cuanto al Estatuto de Roma, tienen responsabilidad penal el mismo encubridor, cómplice o el que colabore de algún modo en la comisión o la tentativa de comisión del crimen, incluso suministrando los medios para su comisión.

Por otra parte, el Estatuto de Roma prevé que, en ningún caso, eximirá de responsabilidad penal al que ejerza cargos oficiales, tales como el de Jefe de Estado o de Gobierno, o miembros del cuerpo de ministros de dicho gobierno, sin perjuicio de las inmunidades que tengan dichos cargos. En este caso, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez tendrían que responder ante la Corte Penal Internacional, como acusados de financiar grupos terroristas, que de hallarse culpable, las penas que pesarían contra ellos podrían llegar hasta cadena perpetua.

Luego de un mes de altas tensiones entre los cuatros países, y cuya aparente culminación se dio lugar en la pasada Cumbre de Rio en República Dominicana, el mundo sigue a la expectativa con el desarrollo de estos sucesos. Mientras que Venezuela ha tomado una postura silenciosa frente al peritaje que ha hecho los funcionarios de la Interpol sobre el contenido de los computadores, Ecuador sigue con una actitud de ofensiva diplomática, y aún no ha restablecido relaciones con Colombia, luego que se comprobara que uno de los guerrilleros que murió con Reyes era ciudadano ecuatoriano y que posteriormente se descubriera que era militante de las FARC en el Ecuador. Esta crisis está lejos de terminarse.

De confirmarse la información contenida en estos computadores, que es de conocimiento general y llevados por los medios de comunicación a la opinión pública, no solo Hugo Chávez ni Rafael Correa deberán enfrentarse ante los tribunales de Justicia Internacional, sino muchos miembros de su gabinete podrían correr la misma suerte, pues es sabido y entendido que parte de los funcionarios de ambos gobiernos tenían vínculos, inclusive de estrecha amistad, con este grupo terrorista.

Glosario:
Corte Penal Internacional:
O Tribunal Penal Internacional, consiste en un tribunal de justicia internacional permanente cuya misión es juzgar a las personas que han cometido crímenes de genocidio, de guerra, de lesa humanidad y agresión, como la esclavitud, el apartheid, el exterminio, asesinatos, desapariciones forzadas, torturas, secuestros, entre otros. Tiene su sede en la ciudad de La Haya en Países Bajos.

Estatuto de Roma: Es el Tratado Internacional que da origen a la Corte Penal Internacional, fue adoptado en Roma, Italia en 1998, con la condición que entraría en vigor, cuando un mínimo de 60 países lo ratificaran. Dicho Tratado entró en vigor en el año de 2002.
Ratificación: También llamada "aceptación", "aprobación" y "adhesión", según el caso, es el acto internacional por el cual un Estado hace constar en el ámbito internacional su consentimiento en obligarse por un tratado.

La Decadencia de las Farc

Por Joaquín Villalobos*
El País, de Madrid


Cuando comencé a conocer el conflicto colombiano me costó creer que los jefes de las FARC viajaran en vehículos con aire acondicionado y que sus campamentos tuvieran muchas comodidades; también me sorprendió el evidente sobrepeso de algunos de sus comandantes.
La guerra civil salvadoreña se explicaba por el exceso de poder del Estado; contrariamente, el conflicto colombiano se explica, esencialmente, por la debilidad del Estado en el control de su propio territorio. Colombia tiene lugares donde no hubo gobierno durante más de 40 años. Este vacío lo llenaron paramilitares, guerrilleros, narcotraficantes y bandidos, que se convertían automáticamente en autoridad, ante la indiferencia o anuencia de los gobiernos.

Los guerrilleros salvadoreños disputamos en combate cada metro cuadrado de nuestro pequeño país a gobiernos autoritarios sostenidos militarmente por los Estados Unidos.
En Colombia, por el contrario, las FARC han sido una guerrilla sedentaria que sin combatir mucho controló extensos territorios en los que no había gobierno. Por ello llevan 43 años en el monte y algunos de sus jefes han muerto de viejos. Sin embargo, en Colombia misma el Movimiento 19 de Abril (M-19) fue la primera guerrilla latinoamericana que, a costa de muchos muertos, negoció reformas políticas democráticas. Ahora el M-19, como parte del Polo Democrático, es la segunda fuerza del país. Es decir, que en Colombia la izquierda podría ganar las próximas elecciones, como ya ocurrió en Chile, la Argentina, Uruguay, Ecuador, Bolivia, Brasil, Perú, Panamá, República Dominicana, Venezuela, Guatemala y Nicaragua.

Hay quienes continúan viendo a los países de América latina como repúblicas bananeras en las que la violencia política es legítima. El mapa, los tiempos y el dinero de la cocaína coinciden con el crecimiento de la violencia de las FARC en los 90. Antes de eso eran una insurgencia perezosa y, por lo tanto, poco relevante.

En 1990, al morir su líder político Jacobo Arenas, las FARC se quedaron sin contención ideológica frente a los cultivos de coca que proliferaban en sus territorios. Comenzaron extorsionando narcotraficantes y terminaron siendo dueños de la mayor producción de cocaína del mundo. Transitaron de última guerrilla política latinoamericana a primer ejército irregular del narcotráfico, convirtiéndose en un reto real para el Estado colombiano.Los gobiernos de los últimos 20 años tuvieron que comenzar a revertir la debilidad del Estado y a corregir abusos pasados.

Primero acordaron la paz con las insurgencias políticas; luego desarticularon a los grandes carteles de narcotraficantes que dirigía Pablo Escobar; seguidamente un gobierno bogotano inventó formas exitosas de combatir la cultura de violencia, y finalmente iniciaron la recuperación del campo.

Propusieron negociaciones a las FARC, que fracasaron debido al secuestro de 12 parlamentarios que fueron ejecutados en junio de 2007. La fuerza del ejército y la policía crecieron y se desplegaron de forma permanente en los 1120 municipios de Colombia.

Los paramilitares empezaron a ser combatidos y desmovilizados. Los jefes guerrilleros perdieron sus vehículos con aire acondicionado y sus campamentos con heladera. Acorralados, incurrieron en el terrorismo. Unos 117 pobladores murieron refugiados en la iglesia de Bellavista cuando ésta fue destruida por las FARC; un coche bomba con 200 kilos de explosivos demolió un club bogotano lleno de familias. Esto se volvió cotidiano, y los civiles muertos y heridos sumaron miles.

Secuestro y narcotráfico
Sin embargo, ahora la violencia de las FARC es decadente y, en 2007, no pudieron realizar una sola toma u hostigamiento a los poblados que controla el Estado. Sus combatientes se desmovilizan masiva y voluntariamente, 2400 sólo el año pasado, y hay evidencia pública de que algunos jefes guerrilleros han recuperado las comodidades perdidas en el territorio venezolano.

Las FARC no tienen futuro como guerrilla, aunque lo tengan como narcotraficantes. La inmensa selva colombiana les facilita mantener a los rehenes que secuestraron en el pasado y usarlos como su último cartucho político. Las duras condiciones en las que mantienen a éstos evidencian desmoralización y pérdida de control; ni siquiera sabían dónde estaba el niño Emmanuel.

Las FARC hicieron del secuestro, la extorsión y el narcotráfico sus principales actividades. Son los mayores secuestradores del planeta. Una insurgencia negocia a partir de la legitimidad política de sus demandas o de la fuerza militar que detenta, pero exigir legitimidad a cambio de rehenes maltratados y amenazados de muerte equivale a pedir respeto por ser malvado.
El antineoliberalismo no justifica explotar el dolor de las familias de los rehenes. Si Chávez estuviera sólo ayudando a salvar rehenes sería positivo, pero su reconocimiento político a las FARC reaviva la violencia colombiana, le abre las puertas de su país a la cocaína y lo convierte en protector de unos crueles narcoterroristas.

*El autor es un ex guerrillero salvadoreño, cofundador del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Se desempeña como consultor internacional para la resolución de conflictos.

El Fantasmón de Marulanda y la Colombia Verdadera

Por Abel Posse
LA NACION de Argentina

Pasada la tormenta, el ridículo y el abundante cinismo, no se puede hablar de fracaso en quienes se arriesgaron con la turbia negociación de Chávez por los secuestrados en manos de las FARC. Si Chávez buscaba restañar su derrota electoral con un golpe de notoriedad, no supo calcular que las FARC le exigirían una contraprestación extremadamente cara. Chávez tampoco fue prudente ante las reservas del presidente Uribe, que tuvo que aguantar una negociación con terroristas que pasaron de la oxidada ortodoxia trotskista de “lucha armada” contra el universo capitalista a ser financiados y corrompidos por la más repulsiva e inhumana criminalidad: la de los traficantes de drogas.

Marulanda, “Tirofijo”, es un personaje patético. Después de treinta años, su revolución se pudrió como una papaya caída en el fangal. Es una revolución que ahuyentó a la gente, que se quedó sin pueblo. La verdadera Colombia es la que lucha por la democracia. La Colombia creadora, con voluntad de vida y no de muerte. Marulanda pasó de la estrategia maoísta de tres décadas atrás, con la retórica libertaria, a la realidad de sobrevivir de las retenciones a las exportaciones atroces de los narcos. Se arrastra como una sombra del pasado estalinista por el “convento de la selva”. El mismo es la imagen de las ilusiones revolucionarias perdidas en la enfermedad infantil del izquierdismo sudaca. Su ejército es una leva de por vida: nadie puede desertar sin ser condenado a muerte. De la moralina de la alfabetización pasó a vender los secuestrados a sus familiares.
Como un dios destronado, aparece en las fotos con uniforme militar y una toalla amarilla que usa constantemente para secarse el sudor o para envolverse la cabeza hasta que pase la nube de mosquitos, los famosos zancudos de la rain forest. (Esto lo contó el ex presidente Pastrana en Madrid a un grupo de amigos cuando recordó sus humillaciones, y las de Colombia, en sus encuentros para un acuerdo que nunca se logró.)

Para castigarnos, Dios no necesita más que concedernos lo que ambicionamos: Marulanda y sus envejecidos guerrilleros son también rehenes de esta selva que sólo es vivible para los aborígenes, sus dueños originarios, que nacieron en ella y morirán con ella. Allí se puede sobrevivir, pero no vencer. Todo se oxida: armas, almas, cuchillos, ganas. Los libros de Mao y de Lenin se agusanan en los cobertizos cubiertos por la jungla.

Ni Sarkozy, ni Kirchner, ni Marco Aurelio García, el estratego de Lula, se equivocaron. La libertad de inocentes agostándose en ese tórrido fangal justifica el apoyo. El canje de estas dos rehenes tal vez abra el camino para la libertad de Betancourt y tal vez de muchos otros. Pero ahora ya conocemos las primeras claves del fiasco que puso en ridículo a Chávez. ¿Qué le exigieron en realidad las FARC que no se pudo dar el primer día? ¿Qué pidieron a Francia para satisfacer el impulso humanista de Sarkozy? ¿Pensaban mandar con la madre a un falso Emmanuel, presentándoselo como el bebe que no había visto en dos años? Para algunos diplomáticos bien informados, Marulanda dejó armar el tinglado internacional en Villavicencio para exigir allí su chantaje, ya reunida la atención mundial. El objetivo de las FARC es conseguir el status de “beligerante”, según el derecho internacional. Recientemente, Raúl Reyes, portavoz de las FARC, en un artículo publicado en L’Humanité, el diario comunista de Francia, el 19 de noviembre de 2007, dijo: “Somos una fuerza beligerante, una fuerza reconocida como un actor político que lucha por intereses diferentes de los del gobierno establecido.

Somos una organización político-militar contra el Estado. Una oposición al régimen actual con vistas a la creación de otro. Proponemos la composición de un nuevo gobierno que realmente quiera la paz. Un gobierno patriótico, democrático, pluralista que sea garante de los acuerdos que resuelvan la injusticia social, política, económica y asegure la paz. Esos acuerdos deberán ser sometidos a un proceso de referéndum vía una asamblea constituyente con el fin de elaborar un nuevo texto fundamental para Colombia”.

En suma: las FARC y Marulanda proponen el triunfo virtual de ser la Colombia selvática reconocida internacionalmente. Y, en efecto, Chávez comunicó ahora que las FARC no son una mera guerrilla sino el ejército de un pueblo con territorio y “con voluntad bolivariana”.

El macilento Marulanda siente que se queda sin poder y sin gloria escondido en la manigua y chantajeado por el implacable capitalismo criminal del narcotráfico. Esto confirmaría una sensación de fracaso similar a la de otros terroristas que conocimosmás al Sur, pues acaba de lanzar la amenaza de “la contraofensiva final”. Quizá morirán muchos inocentes en este intento, para desembarazarse de sí mismo, de su ideología muerta y del peso de la amoralidad absoluta por haber jugado con la demoníaca idea de que el fin justifica los medios.

Mientras tanto, se sobrevive en esta selva sin pena ni gloria como un último o penúltimo fantasmón de la enfermedad política de nuestra América latina. Chávez pagó escandalosamente su voluntad de poder y para librarse del ridículo del primer fracaso, complicándose en un panorama político que no podrá, seguramente, controlar. Las discrepancias con Colombia pasarán a la categoría de conflicto que, se puede presumir, será de graves consecuencias.

Las FARC y el Abrazo del Oso

La entrevista que diera Raúl Reyes al periódico argentino Clarín sigue dando de qué hablar. Aparte de reafirmar que la entrega de los secuestrados la hará en Colombia, pero que admite el diálogo con el Gobierno colombiano en Venezuela, sorpresivamente manifiesta su apoyo al Polo Democrático Alternativo.

Lo extraño del asunto es que hace unos días las FARC se habían referido al Polo en términos despectivos, tratando a sus líderes de consentidos del gobierno de Uribe, al tiempo que señalaba que la verdadera izquierda estaba asfixiada dentro del Polo e incluso se hizo referencia a líderes reconocidos de esta agrupación política como Lucho Garzón y Gustavo Petro, tratándolos de cómplices del actual estado de cosas.

¿Por qué ahora cambian de posición?

Las FARC, como cualquier dinosaurio que se respete, para variar una posición necesitan años y a veces décadas. Su marasmo ideológico es reconocido. Por ello resulta sospechoso este cambio que da de buenas a primeras, precisamente en la antesala de un debate electoral, que pinta crucial para el Polo, pues retroceder de cara al 2010, perdiendo el terreno ganado, tendría sabor a desastre.

¿Qué buscan las FARC?

En un país que prácticamente está llegando a la unanimidad respecto al carácter terrorista de esta agrupación subversiva, puede causar un daño inmenso al Polo esta adhesión, provocando que los sectores democráticos le quiten su respaldo, en pleno crecimiento. Es claro que con este retiro, los fósiles comunistas que, según alias Raúl Reyes, se encuentran arrinconados, se hallarían en mejor posición para tomar las riendas del partido.

Los rumores que se escuchan desde hace tiempo es que Lucho Garzón estaría presto a partir del Polo, quizás hacia el Partido Liberal. Tampoco se encuentra cómodo Gustavo Petro quien ha defendido pública y privadamente la necesidad de que el Polo rechace categóricamente la vía armada como forma de llegar al poder. Por ahora, la izquierda democrática es mayoría en el Polo y de ahí su compromiso con el Estado Social de Derecho, demostrándolo con sus administraciones responsables y eficientes del Valle, Nariño y Bogotá.

Las perversas afirmaciones del guerrillero Raúl Reyes deben ser rechazadas en todo momento y lugar por la dirigencia y la militancia del Polo, de la misma forma que lo hizo Petro ante los medios de comunicación. La izquierda democrática debe cerrar filas ante los mercaderes de la violencia que han hecho del tráfico humano y de drogas su razón de ser. Únicamente el juzgamiento de su dirigencia por los crímenes cometidos y la desmovilización de sus militantes de base les haría viable su ingreso a la vida democrática del país.